La exposición "Espejos/Mirros" en el Marco
La exposición 'ESPEJOS/MIRRORS', comisariada por el italiano Gyonata Bonvicini, es el resultado de la 2ª convocatoria del Premio MARCO para Jóvenes Comisarios, en la que fue seleccionada como proyecto ganador que se podrá visitar en el Museo de Arte Contemporáneo del 2 octubre 2009 - 17 enero 2010.<br />
Precisamente, la puesta en marcha de esta exposición tiene lugar cuando aún permanece abierta la nueva convocatoria de este Premio, hasta el 30 de octubre de 2009, que en esta edición está convocada conjuntamente por MARCO y FRAC Lorraine, Francia. Desde el punto de vista de una institución como el MARCO, el objetivo del premio es fomentar el trabajo y la presentación de propuestas por parte de jóvenes comisarios, a quienes se ofrece la oportunidad de desarrollar sus proyectos en un centro museístico. En contrapartida, los candidatos deben presentar proyectos de exposiciones colectivas, que consideren la participación de dos o más artistas, y que atiendan a la creación artística contemporánea.
'ESPEJOS/MIRRORS' reúne obras experimentales de once artistas que tienen en común su actitud ante las imágenes. Partiendo de la capacidad de los espejos para descomponer el tiempo y el espacio, este proyecto expositivo presenta obras en diversos soportes —fotografías, vídeos, instalaciones, colages, esculturas, instalaciones de sonido, performances— que tratan temas como la repetición, el reflejo de las imágenes, y la reapropiación de la cultura. El proyecto tuvo muy en cuenta las peculiaridades del espacio expositivo y los modos en que se define nuestra realidad física: así como el espejo hace uso de las propiedades y de la forma de una superficie, su contenido es, siempre e inevitablemente, cambiante.
La idea del espejo y sus complejas capas teóricas y visuales permite la existencia de un contexto concreto doblemente funcional: por una parte, fortalecer la presencia semiautónoma de obras individuales y, por otra parte, permitir al espectador que experimente las obras mediante las relaciones que estas mantienen entre sí y dentro del marco conceptual de la exposición. Tomando como referencia el propio espacio del museo —un modelo panóptico radial que se puede observar de distintas maneras y desde varios puntos de vista— la arquitectura de la exposición presenta una visión de conjunto, pero tiene en cuenta las visiones aisladas, creando así cierto número de conexiones particulares entre obras y artistas. El montaje no se estructura en secciones diferenciadas, pero existen puntos de partida para el desarrollo de ‘grupos’ flexibles, que a su vez contienen alusiones a los demás.
Micol Assaël y Maya Dieren, tan distantes generacionalmente, comparten una actitud similar frente a la repetición y la obsesión, jugando con la idea de una dimensión paralela oculta tras un umbral ilusorio, y aumentando la eterna tensión entre ilusión y significado. Dan Graham explora la relación ente gente y arquitectura, así como los efectos psicológicos de las superficies transparentes y reflectantes, y Falke Pisano, artista y escritora, examina el modo en que las estructuras, los materiales y los colores determinan el comportamiento humano. Ryan Gander utiliza las experiencias cotidianas y la conciencia colectiva como materia prima para sus proyectos, mientras Giuseppe Gabellone recrea fenómenos formales e interviene en ellos cómo forma de investigar la percepción. Isa Genzken y Oscar Tuazon revelan una postura similar en el desarrollo de sus obras, con una interpretación constructiva de objetos descartados, e incorporando el propio proceso de transformación en la obra. Las superficies reflectantes son una constante en el complejo lenguaje visual de Hreinn Fridfinnsson, que se enfrenta a la peculiaridad del espacio circundante, al igual que los monocromos perfectos y pulidos en algunas de las obras de Kitty Kraus. Por su parte, Susan Philipsz, conocida sobre todo por sus obras de sonido, contribuye a la exposición con una interpretación de Long Gone, la elegíaca canción de Syd Barret, mediante dos altavoces situados en la fachada del museo.
El título de la exposición está inspirado en ‘Espejo, espejito’, un episodio de la clásica serie de ciencia ficción Star Trek, que presenta la realidad alternativa al universo paralelo conocido cómo ‘Universo Espejo’, y en la que la expansión de los escenarios narrativos crea una serie de pasadizos labirínticos que obligan el espectador a poner el caos en orden mediante su propia interpretación.
En palabras del comisario, "Se argumentó a menudo que el arte se ocupa de la duplicación de la realidad. Hay una gran trascendencia en las leyendas antiguas que relatan como la rima nació del eco, y el dibujo, de una sombra perfilada. No obstante, la función mágica de objetos como los espejos —que crean un mundo similar al reflejado pero que sigue sin ser el mismo, un mundo ‘como se’— es tan significativa para la propia conciencia del arte como tal, como las metáforas de reflexión y la imagen especular".
'ESPEJOS/MIRRORS' reúne obras experimentales de once artistas que tienen en común su actitud ante las imágenes. Partiendo de la capacidad de los espejos para descomponer el tiempo y el espacio, este proyecto expositivo presenta obras en diversos soportes —fotografías, vídeos, instalaciones, colages, esculturas, instalaciones de sonido, performances— que tratan temas como la repetición, el reflejo de las imágenes, y la reapropiación de la cultura. El proyecto tuvo muy en cuenta las peculiaridades del espacio expositivo y los modos en que se define nuestra realidad física: así como el espejo hace uso de las propiedades y de la forma de una superficie, su contenido es, siempre e inevitablemente, cambiante.
La idea del espejo y sus complejas capas teóricas y visuales permite la existencia de un contexto concreto doblemente funcional: por una parte, fortalecer la presencia semiautónoma de obras individuales y, por otra parte, permitir al espectador que experimente las obras mediante las relaciones que estas mantienen entre sí y dentro del marco conceptual de la exposición. Tomando como referencia el propio espacio del museo —un modelo panóptico radial que se puede observar de distintas maneras y desde varios puntos de vista— la arquitectura de la exposición presenta una visión de conjunto, pero tiene en cuenta las visiones aisladas, creando así cierto número de conexiones particulares entre obras y artistas. El montaje no se estructura en secciones diferenciadas, pero existen puntos de partida para el desarrollo de ‘grupos’ flexibles, que a su vez contienen alusiones a los demás.
Micol Assaël y Maya Dieren, tan distantes generacionalmente, comparten una actitud similar frente a la repetición y la obsesión, jugando con la idea de una dimensión paralela oculta tras un umbral ilusorio, y aumentando la eterna tensión entre ilusión y significado. Dan Graham explora la relación ente gente y arquitectura, así como los efectos psicológicos de las superficies transparentes y reflectantes, y Falke Pisano, artista y escritora, examina el modo en que las estructuras, los materiales y los colores determinan el comportamiento humano. Ryan Gander utiliza las experiencias cotidianas y la conciencia colectiva como materia prima para sus proyectos, mientras Giuseppe Gabellone recrea fenómenos formales e interviene en ellos cómo forma de investigar la percepción. Isa Genzken y Oscar Tuazon revelan una postura similar en el desarrollo de sus obras, con una interpretación constructiva de objetos descartados, e incorporando el propio proceso de transformación en la obra. Las superficies reflectantes son una constante en el complejo lenguaje visual de Hreinn Fridfinnsson, que se enfrenta a la peculiaridad del espacio circundante, al igual que los monocromos perfectos y pulidos en algunas de las obras de Kitty Kraus. Por su parte, Susan Philipsz, conocida sobre todo por sus obras de sonido, contribuye a la exposición con una interpretación de Long Gone, la elegíaca canción de Syd Barret, mediante dos altavoces situados en la fachada del museo.
El título de la exposición está inspirado en ‘Espejo, espejito’, un episodio de la clásica serie de ciencia ficción Star Trek, que presenta la realidad alternativa al universo paralelo conocido cómo ‘Universo Espejo’, y en la que la expansión de los escenarios narrativos crea una serie de pasadizos labirínticos que obligan el espectador a poner el caos en orden mediante su propia interpretación.
En palabras del comisario, "Se argumentó a menudo que el arte se ocupa de la duplicación de la realidad. Hay una gran trascendencia en las leyendas antiguas que relatan como la rima nació del eco, y el dibujo, de una sombra perfilada. No obstante, la función mágica de objetos como los espejos —que crean un mundo similar al reflejado pero que sigue sin ser el mismo, un mundo ‘como se’— es tan significativa para la propia conciencia del arte como tal, como las metáforas de reflexión y la imagen especular".