La poetisa María Mariño centra una edición especial de Festa da Palabra Silenciada
Los actos del Día das Letras Galegas de 2007 girarán alrededor de la poetisa María Mariño. Para celebrarlo, la publicación gallega feminista Festa da Palabra Silenciada le dedica una edición especial que fue presentada hoy miércoles por su directora, María Xosé Queizán, y la concejala de la Mujer, Lucía Molares.
Festa da Palabra Silenciada centró su monográfico de 1997 en la figura de María Marino, y ahora recuerda en su editorial que por aquel entonces esta autora "a penas disfrutaba de identidad firme y menos aún de estudios sobre su obra".
Para Lucía Molares, este desconocimiento de una personalidad que María Xosé Queizán calificó de "singular dentro de la literatura gallega" demuestra que la sociedad "no siempre le da la importancia que deben tener" a las "importantes contribuciones" de las mujeres "en todos los ámbitos".
María Mariño nació en Noia el 8 de junio de 1907, siendo la cuarta hija de un matrimonio marcado por las difíciles condiciones de la época. Para las chicas que la conocieron, la autora de "Palabra no Tempo" fue "una niña solitaria, con inquietudes y deseo de superación". Después de trabajar de costurera en su villa natal, María Mariño se trasladó con su familia a Escarabote (Boiro). La Guerra Civil la sorprendió durante una corta estancia en el País Basco, al regreso de la cual, otra vez en Escarabote, se casó con el maestro Roberto Pose Carballido, ocho años más joven que ella.
Tras unos años de residencia en el ayuntamiento de Boiro y breves estancias en una parroquia de Arzúa y en la localidad vizcaína de Elantxobe (motivadas por la profesión de su hombre), la escritora de "Palabra que comenza" se instala en O Courel, donde vivirá los últimos 20 años de su vida. Este periodo, marcado por la pérdida de un hijo, de un hermano y de su madre, será el que vea nacer sus primeros versos, bajo la influencia de Uxío Novoneyra, a quien conoce en la aldea de Parada.
María Mariño murió de leucemia el 19 de mayo de 1967 en Parada, cuando ya había publicado el poemario "Palabra en el tiempo" y cuando ya había finalizado los últimos versos de "Palabra que comenza", un libro que se publicaría en 1990 de la mano del también noiés y poeta Avilés de Taramancos.
En opinión de María Xosé Queizán, María Mariño es autora de una poesía "misteriosa, única", porque "parece que tuerce la lengua". Para la directora de Festa da Palabra Silenciada, el empleo de un lenguaje tan especial por parte de esta poetisa "no es deliberado", sino que responde al planteamiento de preguntas "sobre su vida", en un ejercicio de escritura dirigido a ella misma.
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Para Lucía Molares, este desconocimiento de una personalidad que María Xosé Queizán calificó de "singular dentro de la literatura gallega" demuestra que la sociedad "no siempre le da la importancia que deben tener" a las "importantes contribuciones" de las mujeres "en todos los ámbitos".
María Mariño nació en Noia el 8 de junio de 1907, siendo la cuarta hija de un matrimonio marcado por las difíciles condiciones de la época. Para las chicas que la conocieron, la autora de "Palabra no Tempo" fue "una niña solitaria, con inquietudes y deseo de superación". Después de trabajar de costurera en su villa natal, María Mariño se trasladó con su familia a Escarabote (Boiro). La Guerra Civil la sorprendió durante una corta estancia en el País Basco, al regreso de la cual, otra vez en Escarabote, se casó con el maestro Roberto Pose Carballido, ocho años más joven que ella.
Tras unos años de residencia en el ayuntamiento de Boiro y breves estancias en una parroquia de Arzúa y en la localidad vizcaína de Elantxobe (motivadas por la profesión de su hombre), la escritora de "Palabra que comenza" se instala en O Courel, donde vivirá los últimos 20 años de su vida. Este periodo, marcado por la pérdida de un hijo, de un hermano y de su madre, será el que vea nacer sus primeros versos, bajo la influencia de Uxío Novoneyra, a quien conoce en la aldea de Parada.
María Mariño murió de leucemia el 19 de mayo de 1967 en Parada, cuando ya había publicado el poemario "Palabra en el tiempo" y cuando ya había finalizado los últimos versos de "Palabra que comenza", un libro que se publicaría en 1990 de la mano del también noiés y poeta Avilés de Taramancos.
En opinión de María Xosé Queizán, María Mariño es autora de una poesía "misteriosa, única", porque "parece que tuerce la lengua". Para la directora de Festa da Palabra Silenciada, el empleo de un lenguaje tan especial por parte de esta poetisa "no es deliberado", sino que responde al planteamiento de preguntas "sobre su vida", en un ejercicio de escritura dirigido a ella misma.