Pregón do Cristo da Victoria

Santísimo Cristo de la Victoria:

Mis conciudadanos y las Autoridades, me han hecho el alto honor de pedirme ser pregonero de tu Fiesta, de llamar a los vigueses para acompañarte, una vez más, en Tu salida anual de la Iglesia.

Y yo no concibo modo mejor de responder a su confianza, que la de dirigirte una plegaria, en voz alta, delante de ellos.


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Muchos, en tiempos y lugares diversos, han pedido o piden que te muestres de nuevo a los hombres, aunque sea en una presencia breve, fugaz, para luego desaparecer; que nos mandes una señal, un resplandor, que pronuncies una Palabra que haga descansar nuestra Fe ante la presencia física e indubitada de tu divinidad.

En Vigo, no tenemos que unirnos a este clamor.

Porque según antiguos relatos, volviste a acercarte a nosotros cuando quisiste que tu imagen abandonada sobre los Océanos, llegara a nuestro Puerto y, superando el olvido de las promesas hechas en momentos difíciles, consiguiera quedarse en Vigo.

Nosotros te recibimos porque los vigueses siempre estuvieron abiertos al mundo, a los cuatro vientos, conocedores de que todos los humanos, de cualquier sitio que procedan, somos igualmente tus criaturas.

Y conservamos tu efigie con devoción, porque somos conscientes de nuestra necesidad, porque conocemos nuestras limitaciones; porque tu eres la Verdad, la Paz, el Remedio último para nuestra hambre, nuestra sed, nuestra salud.


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Necesitamos de Ti.

En la Modernidad
- quisimos prescindir de la Trascendencia;
- creer en la fuerza exclusiva y total de la razón;
- romper con las Tradiciones;
- cultivar solo lo utilitario;
- alejarnos incluso de la Naturaleza y de sus normas,

Y se produjo un vacío inmenso en nuestro ser colectivo.
Que se fue rellenando
- Con los más feroces irracionalismos
- Con la Violencia
- Con los aventureros del espíritu
- Con los dogmatismos más sangrientos de la historia de la humanidad
- Con Utopías fallidas, estériles, pero generadoras de largas esclavitudes sociales.


El Horror nos obligó a cambiar.
Todos vivimos el ansia de evitar los extremos anteriores, de rechazar las imposiciones utópicas,
Pero fueron bastantes quienes no se dieron cuenta de que tenían que acudir a Ti.

Y así el conjunto de la sociedad volvió:
- Al pragmatismo,
- Al cierre de los sentimientos
- Al hedonismo
- Al todo vale.
- En definitiva a un materialismo que te niega tanto como los totalitarismos de la fase anterior.

Detrás de los odios ha venido
- el amor cerrado del hombre a si mismo;
- el prurito del placer;
- la aparente fraternidad universal que se traduce en un real despego ante todos;
- la droga con la que queremos vivir paraísos artificiales;
- el amor episódico que nos ayuda a salir de nuestro ser y eludir sagradas responsabilidades;
- la codicia;
- la idolatría del negocio;
- el despilfarro;
- la ostentación insultante
- la corrupción…


Y por supuesto la increencia en muchos.

Porque, en no corta medida, seguimos situando el Vértice de nuestras vidas al margen de Ti, empeñados en elevar pisos impresionantes en un edificio sin cimientos.


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Sabemos

Que recibirte a Ti, es aproximar la Gloria, pero también el dolor, imprescindible para triunfar sobre nosotros mismos.
- Que tu Victoria lo es a través de la Cruz
- Que contigo llegamos a la plenitud de la Vida por un camino de sacrificio.
- Que sólo tendremos legitimidad y auténtica capacidad para conducir algo o a alguien,
Cuando antes hayamos conseguido ser señores de nosotros mismos.


También hemos aprendido de Ti

Que nuestra apertura a la Mar ha de reportarnos una mezcla de penas y alegrías.

Y la aceptamos;
como te hemos aceptado a Ti.

Abrirnos a los Océanos nos ha costado muchas lágrimas.
- Cuando las tormentas y los accidentes se han llevado a tantos de los nuestros.
- Cuando piratas vulgares o distinguidos nos han herido en sus correrías.
- Cuando tantos gallegos han sufrido el desgarro de la separación, muchas veces para siempre, en los muelles del Puerto.

Pero también hemos podido lucrarnos de muchos de sus beneficiosos efectos.
- Comenzando con el de contar con tu Imagen, a la que seguimos rindiendo culto en la vieja colegiata y a la que flanqueamos cada año en el recorrido por las calles de la ciudad.
- Contando con los vientos atlánticos que limpian permanentemente nuestros aires y se llevan los malos humores.
- Disfrutando de las riquezas y ventajas que nos proporciona la pesca, el comercio marítimo, el deporte náutico, y la ineludible defensa de nuestra tierra desde los Mares.
- Permitiéndonos contar, en todos los tiempos, con largas listas de hombres completos, honrados y luchadores, que en la pesca, en la navegación comercial, en la defensa, en las nobles competiciones, en el salvamento, nos han dado frecuentes motivos de orgullo.
- Siendo puente de comunicación con lugares distantes, y especialmente con nuestra América.
- Haciendo barcos y gozando de trabajo y prosperidad proveniente de la Mar.
- Dando base para la industrialización de la ciudad y su comarca y para hacer surgir vigueses emprendedores, con empuje, nacidos aquí o venidos de afuera, dirigiendo actividades propias, u otras, muy importantes, procedentes de la inversión foránea.


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Sabemos que Tu Reino no es de este mundo. Que debemos dar al César lo que es del César.
Y por eso respetamos y acatamos las decisiones legítimas de las Autoridades, también cuando no nos gustan.

Pero tampoco ignoramos que debemos dar a Dios lo que es de Dios y que, también a nivel humano, hemos de buscar lo que sea verdadero y justo, demandándolo oportuna e inoportunamente como dijera tu Apóstol.

Nadie ha de proclamar y extender más que un cristiano lo que hoy llamamos los derechos humanos, exigencia derivada de que los hombres hayan sido creados a imagen y semejanza de Dios, gozando de una dignidad inalienable, cualesquiera que sean su condición y características.

Incluso más allá de los requerimientos de la justicia, no podemos olvidar que tu principal mandato es de amor y de caridad; que al fin de los tiempos nos juzgarás por nuestra atención o desatención ante las necesidades del prójimo.

Aunque tenemos que estar en guardia para rechazar que, por dar gusto a pretensiones quizá legítimas pero no esenciales, se perturbe la pacífica convivencia, los derechos básicos de otros, o la dignidad que hemos de atribuir a las instituciones políticas y sociales básicas.


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Santísimo Cristo de la Victoria

Nos enseñaste que debemos pedir, y hacerlo con confianza.

Por ello yo no puedo concluir sin rogarte:

Por tu Iglesia
- Para que nunca deje de mostrarnos el punto donde Tu has colocado la Luz final
- Por muchas que sean las brumas y nieblas que la oculten.

Pola nosa terra galega

Pola tua cidade de Vigo,
- Para que medre harmoniosamente
- Para que faga realidade os seus vellos soños de rehabilitación,
- Para que atine a conxugar natureza e progreso
- Para poida manterse coma un polo de atracción de novas xentes que se fundan connosco nas ringleiras dos que desfilamos ó teu lado no primeiro domingo de Agosto.

Por nuestras Autoridades
- municipales,
- gallegas
- españolas,
- europeas

Para que desarrollen su imprescindible misión
- Con altura de miras,
- Buscando el bien de todos,
- Respetando a quienes en cada momento estén en minoría

Pero, sobre todo, como tu nos has dejado el Mensaje de que el centro de la sociedad son las personas:
Te pido
- Por todos y cada uno de mis conciudadanos, por tus preferidos los enfermos y por quienes a ellos los atienden, por las madres y abuelas de Vigo que han sabido inculcar a sus hijos la devoción hacia Ti, por los miembros de nuestras familias, de nuestras empresas, por nuestros amigos y vecinos.
- Por la rectitud de sus espíritus
- Por su desarrollo cultural personal
- Por su personalidad y capacidad crítica
- Por sus sentimientos solidarios.
- Para que recuperemos convicciones, y sin mengua de la tolerancia.

Axúdanos, Santísimo Cristo da Victoria,
A acadar a plenitude de vida e ledicia que nos ofreces.