El Ayuntamiento plantará gallos del olivo cómo futuros regalos institucionales
Cien gallos del olivo centenario del Paseo de Alfonso serán plantados en invernaderos para que en un futuro "los descendientes de este árbol formen parte de la vida institucional de la ciudad". Así lo avanzó el regidor luego de presenciar los trabajos de poda que los técnicos recomiendan hacer para que este símbolo de la ciudad "viva a lo menos otros cien años".
Técnicos municipales acometieron esta mañana los trabajos de poda de "alguns gallos o brotes que no eran muy vigorosos" del olivo del Paseo de Alfonso, señaló esta mañana el alcalde de Vigo durante una visita a este árbol "de más de 160 años". El Ayuntamiento, en palabras del regidor, ve replantar cien gallos en invernaderos para que en un futuro "los descendientes del olivo formen parte de la vida institucional de la ciudad", asimismo, explicó que también se procederá a eliminar todos los "chupóns que le quitan parte de la sabia que debe subir por el tronco".
Caballero explicó que en octubre de 2010 se realizó un análisis del estado del olivo de la ciudad en el que se concluía que el ejemplar tenía una estructura sólida que, aunque tenía en el interior una pequeña podredume, estaba en buen estado de conservación, teniendo en cuenta, además, que se trata de un hábitat urbano. En su intervención con los medios de comunicación, el primer edil recordó que se trata de un bello olivo que estaba en la Colegiata y que se cortó y trasplantó en 1816 y "unos años más tarde llegó aquí". Abogó por continuar con trabajos de mantenimiento "muy potentes para que viva al menos otros cien años".
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Caballero explicó que en octubre de 2010 se realizó un análisis del estado del olivo de la ciudad en el que se concluía que el ejemplar tenía una estructura sólida que, aunque tenía en el interior una pequeña podredume, estaba en buen estado de conservación, teniendo en cuenta, además, que se trata de un hábitat urbano. En su intervención con los medios de comunicación, el primer edil recordó que se trata de un bello olivo que estaba en la Colegiata y que se cortó y trasplantó en 1816 y "unos años más tarde llegó aquí". Abogó por continuar con trabajos de mantenimiento "muy potentes para que viva al menos otros cien años".